El informe preliminar de los observadores electorales de la Unión Europea expone que hubo irregularidades en las elecciones del 21 de noviembre. En la región andina destacan la falta de igualdad de condiciones, equilibrio y transparencia. Al respecto, Nicolás Maduro —como era de esperar—, descalificó a esta misión europea de “enemigos” y “espías” que quieren “manchar” las elecciones en Venezuela.
Entre las muchas irregularidades, vamos a referirnos al cambio arbitrario de los votantes hacia otros centros alejados de sus residencias, el abuso y ventajismo del sector oficialista en relación con el combustible y los vehículos para trasladar a sus partidarios a votar por ellos.
En cuanto a los cambios hacia otros centros de votación, tenemos el caso el caso de Beatriz Salas, abogada y defensora de derechos humanos en el estado Táchira, quien —como muchos otros venezolanos— no pudo votar porque el Consejo Nacional Electoral (CNE) se lo impidió. De hecho, cuando llegó al centro de votación en el municipio Cárdenas del estado Táchira, le informaron que le correspondía ejercer su voto en la localidad de Caripe, en el estado Monagas, a más de 976 kilómetros de su residencia.
En el CNE y la Defensoría del Pueblo recibió esta respuesta: «No podemos hacer nada. Pásese el martes o miércoles para que haga su reclamo porque hoy estamos en elecciones… Igual haga memoria a ver, capaz y usted sí pidió el cambio de centro».
¿Cómo se sintió Beatriz?
«No pude votar porque me lo impusieron. No tuve elección. Fue frustrante, me sentí defraudada e impotente. ¡Me sentí burlada!, esa es la palabra».
Por otro lado, Rodolfo Paredes, un joven trujillano de 24 años y estudiante universitario en el Núcleo ULA de Trujillo, ejerció su voto en el municipio Rafael Rangel. Allí grupos de partidarios oficialistas utilizaban las unidades de transporte público del Estado venezolano para trasladar a sus votantes. Días antes se habían llevado cientos de litros de gasolina de la estación de servicio de combustible para surtir a estas unidades y utilizarlas el día de las elecciones para el traslado de sus partidarios a los centro de votación.
¿Rodolfo confía en el Sistema Electoral?
Su respuesta es directa: «Siempre va a haber la duda y yo la tendré hasta que regresemos a la democracia». Piensa también que «la política venezolana necesita una renovación de liderazgos». Cree fielmente en la idea de que debe haber más espacio para jóvenes con aspiraciones democráticas.
Estas irregularidades señaladas y muchas otras ocurrieron en el proceso electoral del 21 de noviembre, pese a que el Estado está en la obligación de garantizar a toda la ciudadanía su derecho al sufragio. Así lo establece el artículo 21 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ambos tratados suscritos y ratificados por el Estado venezolano. Además de los artículos 62 y 63 de la Constitución Nacional.
En relación con este proceso, Carlos Moreno, historiador y profesor de la ULA en Mérida, opina sin que otros factores como la abstención y la falta de los votos de los millones de migrantes forzados a dejar el país fueron decisivos para los resultados.